Yo no puedo decir que todos los mirlos son negros. Porque un día vi mirlos blancos

Barcelona (2007)

Explicación de un trabajo en proceso.

Solo baila hacia fuera. Bailarinas con barriga. Muy técnico pero con poca personalidad. Se emborracha de movimiento. No estiran las puntas. Tiene problemas con la primera. Lo hace todo hacia dentro. No define. Mucha tensión. Otro ejemplo del típico empeine catalán. No controla los extremos. Duro y poco flexible. Le falta plié. Mala colocación. Pierde el eje en los giros. Sólo reproduce formas…
He aquí una lista de comentarios que he oído –y algunos hasta los he pronunciado yo mismo– a la salida de diferentes espectáculos de movimiento.

La pregunta es: ¿Qué base usamos para emitir juicios de este tipo? O lo que es lo mismo: ¿Quién tiene derecho a pontificar y a decidir que un movimiento es bueno y otro no?

Cualquier base que se use para catalogar el movimiento es susceptible de ser derribada.

Este es el punto de partida de la investigación.
La evolución de la danza y el movimiento en general, se ha basado en añadir nuevas formas que han establecido nuevos movimientos (o viceversa, nuevos movimientos que han establecido nuevas formas) y en desechar otras mas antiguas. Las formas y los movimientos se han ido renovando, pero con el paso del tiempo las nuevas aportaciones se han convertido en técnicas o escuelas y al final han formado constelaciones de rocas inamovibles e impermeables, a imagen y semejanza de las precedentes.

Todo lo nuevo es aparentemente absurdo inicialmente, luego, ante el orden establecido se convierte en el absurdo disfrazado de académico o santificado, para finalmente, transcurrido un tiempo, volver al absurdo.

A estas alturas no tiene ningún sentido emprender la búsqueda de una nueva manera de moverse, por muy personal o muy acrobática que sea. La idea es empezar desde lo que tengo: el movimiento (mi movimiento) e intentar despojarlo al máximo de formas o ideas académicas (Cuanto más aprendo, más intento olvidar), como punto de partida para investigar sobre los principios que lo conforman. De momento me estoy centrando en tres grandes bloques:

1 Orden y transmisión. Génesis del movimiento en el cerebro, desde el cual se envía una orden que llega a los músculos a través del sistema nervioso.

2 Motor. Materialización del movimiento por la acción del a musculatura.

3 Estructura. De como una estructura extremadamente compleja como la que conforma el cuerpo humano se adapta y mantiene su distribución en todas y cada una de las posiciones por las que pasa durante una serie de movimientos.

Este proyecto empezó en septiembre de 2006 y va a continuar a lo largo del año 2007 dividido en bloques o residencias con sus respectivas muestras del trabajo en proceso. De momento, he trabajado durante un mes y medio. He sentado las bases de movimiento sobre las que se va a desarrollar el estudio y he comprobado que la cámara de video es una buena herramienta para captar formas y movimientos a un nivel imperceptible para el ojo humano. Si estas imágenes se editan y luego se reproducen, se puede conseguir que aquellas formas, posiciones o movimientos que el ojo humano no captó, afloren de nuevo en un formato que permita apreciarlas.
Así que, por ahora, tengo clara la dirección en la que voy a investigar y estoy empezando a encontrar herramientas y formatos.

Los grandes creadores del siglo XX son tan melenudos que cuando pienso en sus cabelleras me siento partidario de un nuevo Toro Sentado. Una vez eliminadas todas las explicaciones de todas las creencias, voy a exponerles mi opinión personal: cualquier cabellera es susceptible de hacerse descabellar a su vez, pero es descortés para con el enemigo llevar una peluca.

Dirección e interpretación: Sergi Fäustino
Imágenes: Mònica Pascual
Con el apoyo de: residencia de investigación en Tanzquartier Wien-programa IDEE y La Porta/esacio cómodo