Todos los buenos espías tienen mi edad

Todos los buenos espías tienen mi edad nos invita a vivir el antes, el durante y el después de la producción de una obra, y todo ello, de forma simultánea. El presente es futuro, es pasado. Propone a los espectadores que espíen los intervalos entre la emergencia de ideas para coreografías y la coreografía de estas ideas.

¿Necesitamos los procesos de identificación implícitos en las actuaciones en vivo? Las acciones enfatizan las relaciones entre la escritura y la lectura de la propia obra. Lanzan a los espectadores dentro de la galaxia de las alucinaciones, del mundo de los sueños, del espacio de la imaginación ¿o será en el espacio de los pensamientos donde nos mezclamos en un contacto íntimo con el coreógrafo?

El dispositivo parece proponer distancia pero, finalmente, tenemos la sensación de hacer el amor con los pensamientos del artista, con nosotros mismos, con ambos a la vez. ¿Es él?
¿Eres tú? ¿Soy yo? Espiamos y somos espiados dentro de un espacio en el cual lo pequeño, lo insignificante, lo inocente y lo sencillo tiene tanto valor como lo supuestamente importante. El espectáculo se centra en el proceso de transformación de ideas.

-Anne Passant-

Creado, interpretado por: Juan Domínguez

 Asistente artístico: Cuqui Jerez

Maquillaje y efectos especiales: Pedro R. de Diego & Irene Puche.

co-producido por Espace Pier Paolo Pasolini (Valenciennes, Francia), la Consejería de las artes de la Comunidad de Madrid y Cuqui Jerez.

Con el soporte de  Xavier Leroy, In Situ productions. Esta pieza formó parte de Projecto 5 (p5) apoyado por: Tanzwerkstatt Berlin, Podewil (Berlin), Vooruit (Gante) y Stuk (Lovaina).