one dog comes


one dog comes - Rosa Muñoz
one dog comes - Rosa Muñoz

“El animal no nos resulta hermético e inescrutable, el animal abre ante mi una profundidad que me atrae y me resulta familiar. De algún modo conozco esta profundidad: es la mía. También es aquello que está más alejado de mi, aquello que merece el nombre de profundidad, que justamente significa aquello que me es insondable”

Georges Bataille, Teoría de la religión


Outsider art. ¿Existe?

Esta reflexión me vino después de ver la película ¿Que tienes debajo del sombrero? de Lola Barrera e Iñaki Peñafiel, y producida por Julio Medem, y también evidentemente después de conocer y trabajar con Alba, una chica con síndrome de down. La película trata la vida de Judith Scott, una “artista escultora” de 62 años, síndrome de down y sordomuda. De como el arte ayuda a la comunicación en una persona aislada brutalmente debido a la discapacidad física que padece.

Pero eso no me interesa demasiado. Lo que me interesa es esa tendencia, que por otro lado es muy americana, de ensalzar y encumbrar a un pobre, a un discapacitado, a un friki, a la máxima gloria, de repente. Según el critico de arte que sale en la película, el “outsider art” es lo que está más de moda.

A mí, me atraen las personas que realizan sus pequeñas joyitas con toda naturalidad en su centro cívico, sin demasiado condicionamiento intelectual ni cultural. Me gustan las clases de kárate, de cocina, esa pureza me atrapa y fascina, al menos a mí. Pero existe la enorme y gran contradicción: dejarlo ahí, o atraparlo y llevarlo a la exhibición. ¿Es honesto? ¿Trasladarlo es una burla? ¿Es una manera de chulearnos? Puede que sí. No estoy segura de no haber hecho algo así inconscientemente con Alba. ¿Había necesidad de montarle exposiciones por todo el mundo y hacer famosa a Judith Scott? ¿A ella le importa? ¿Es consciente de algo?

¿Es arte un producto que hace una persona siendo inconsciente de lo que está haciendo, o sencillamente haciéndolo con una finalidad diferente, aunque este producto sea acojonante y de una calidad artística innegable?

¿Es lícito utilizar esto desde fuera?

La verdad es que en la pieza del Colectivo 96, dar patadas para no desaparecer, el fragmento que más me intereso fue cuando ellos dos recrean las clases de sevillanas y kárate que habían tomado, creo en Berlín. De hecho en un IN de La Poderosa actuaron hace ya años unos adolescentes que montaban una historia con unos cajeros automáticos, y lo tengo grabado en la cabeza. A veces yo lo vivo como si escuchase a un hijo mío que me canta un tema, da igual si está bien o mal, aguantas y se te cae la baba.

Con Alba he vivido cierto conflicto en mi cabeza, en mi moral, en mi discurso. Empezó hace un tiempo en Murcia, durante un curso, vi un espectáculo de danza integrada. Me atrajo la expresión de ciertos síndromes de down, me creaba un tipo de emoción y me encabezone en currar un día con uno. Salió la oportunidad en Sobrenatural de La Porta.

Alba tiene un grado de disminución muy potente y no es fácil comunicarse con ella, ni explicarle cosas que te gustaría que hiciera, todo ha de ser muy sencillo, plantearlo como un juego, es como una niña muy pequeña, no habla, escuchas gruñiditos. A veces puedes filmar a escondidas la maravilla que ella espontáneamente ofrece, sin saber que lo está ofreciendo. Me sentía como un voyeur que sabe que en aquella inocencia, hay un tesoro y va a robarlo. Me he emocionado mucho.

Sólo espero haber respetado a Alba en todo, esa chica que adoro.

Creación: Rosa Muñoz

Cámara: Roberto Romero

Con: Soren Evinson, KA , Alba Munera y Rosa Muñoz

Edición: HANGAR

Agradecimientos: Llorenç Parra