Cindy Van Acker continúa, con rigor y poesía, la exploración que inició en su última pieza Corps 00:00 (2002). Su cuerpo, unido a una máquina a través de un cable, recibe impulsos eléctricos que provocan contracciones involuntarias en su musculatura. Movimientos descontrolados que se superponen a una segunda partitura coreográfica de una delicadeza y continuidad extremas, distorsionándola, componiendo un recorrido tenso cruzado por grietas y rupturas rítmicas de una singular belleza. En la linealidad obsesiva y bipolar del itinerario propuesto por Cindy, su cuerpo se transforma, adquiere tal fragilidad que parece transgredir las leyes de la física, convirtiéndose en el vehículo de una sorprendente aventura sensorial para el espectador.
La palabra 'ruptura', así, es tan adecuada para denominar una de las especificidades de la estructura coreográfica como para posicionarse ante los valores establecidos, los automatismos, la trivialización. De hecho se vuelve el elemento conductor de la invención esperada.
-Cindy Van Acker-